“Polonia es un destino subestimado”. Esa fue la primera respuesta de Edgar* al preguntarle su opinión sobre el país en el que hasta hace unos meses vivía. Yo coincido totalmente con él. Hay muchas razones por las cuales vale la pena visitar Polonia.

La primera es que Polonia tiene ciudades muy bonitas y llenas de historia, como Gansk, Breslavia, Cracovia o Varsovia. No es en vano: estas tres últimas ciudades tienen partes que han sido reconocidas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Muchas de las ciudades polacas, aunque destruidas en la Segunda Guerra Mundial, han sido reconstruidas tratando de cuidar los detalles arquitectónicos, logrando un muy buen resultado.

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Otro aspecto a resaltar de Polonia es la amabilidad de su gente. En mi primera a visita a este país, tuve la suerte de que una amiga polaca me recibiera en su casa en Varsovia. Tanto ella como sus padres fueron demasiado amables conmigo. Fueron por mí al aeropuerto, me dieron una habitación súper linda, todas las mañanas me sorprendían con desayunos que eran verdaderos manjares, algunas noches la mamá de mi amiga cocinó comida polaca muy rica. Por si fuera poco, cuando salimos de fiesta una noche, el padre de mi amiga fue por nosotras con el coche para que no tuviéramos que volver con taxi a la casa y en mi última noche, su madre compró varios vodkas polacos para que los probara y pasáramos un buen rato.

Años después pude volver a comprobar la amabilidad polaca cuando fui a Cracovia con mi mamá y mi novio para celebrar el inicio del 2015. En ese viaje, muchos locales fueron muy amables con nosotros. Por ejemplo, cuando en nuestra primera noche, habían -20º C pronosticados y mi chico no estaba seguro que su coche tuviera suficiente anticongelante, por lo que fuimos a una gasolinera para buscar ayuda. El hombre que trabajaba ahí no hablaba inglés, ni alemán, ni español, y nosotros obviamente tampoco hablábamos polaco. Sin embargo él hizo todo lo posible por tratar de entender lo que necesitábamos y ayudarnos (¡Gracias Google Translete!).

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En la noche del 31 de diciembre, fuimos a celebrar a un restaurante situado justo en la Plaza del Mercado (Rynek Główny), en el cual recibimos el mejor trato posible (de verdad, si alguna vez buscan dónde pasar Noche Vieja en Cracovia, vayan a The Piano Rouge: www.thepianorouge.com.pl/en/). Las camareras eran súper amables (y guapas ¡las malditas!, escuchaban tu opinión, te ayudaban siempre en lo que necesitabas y nunca te dejaban con una copa vacía. Además del buen sabor, la comida era bastante económica y abundante: por un menú de tres tiempos, un buffet de snacks toda la noche, otro plato caliente a la mitad de la noche y barra libre, pagamos mucho menos de lo que habríamos pagado en muchos países, incluido México. Lo anterior me lleva a la siguiente razón para visitar Polonia: es que es un destino muy barato.

Los precios del transporte, el hospedaje y la comida en Polonia son mucho más bajos en comparación con los de los países de Europa que son frecuentemente visitados por latinoamericanos. Es tan barato, que en el restaurante de uno de los hoteles en los que me hospedé con mi mamá y mi novio, nunca pagamos más de 20 euros por los tres por cenar enormes porciones de comida tradicional polaca. Cenamos ahí tres veces. Las tres noches comí pierogi. Las tres noches los amé.

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¡Ay, los pierogi! ¿Cómo comenzar? Se tratan de unas empanadillas, hechas de masa de harina de trigo, que se rellenan con diferentes ingredientes (como papa, queso, verduras, carne, col) y que posteriormente se cuecen en agua hirviendo. Son de cierto modo similares a los ravioli italianos. Pero lo que me gusta más de los pierogi, es que a veces los ponen a dorar con mantequilla, lo que los deja un poco crujientes. Y a mí me encantan las cosas crujientes. En fin, de toda la variedad de pierogi que hay, mis hasta ahora favoritos son los rellenos de papa con queso.

Después de una no muy larga búsqueda, encontré en el blog de una polaca viviendo en Estados Unidos. La receta para estos pierogi de papa con queso que me pareció bastante buena (innocentdelight.com/authentic-polish-pierogi-potatoes-cheese/). La comparto en español.

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PIEROGI DE QUESO Y PAPA
(40 piezas de 8 cm de diámetro aprox.)

Para el relleno:
5 papas medianas
250 g de queso (si encuentras quark mucho mejor, sino usar ricotta o cottage)
1 cebolla finamente picada
1/2 cucharadita de ajo en polvo
1 cucharadita de aceite
Sal y pimienta al gusto

Para la masa:
3 tazas de harina
1/2 taza de leche tibia
1/2 a 3/4 taza de agua tibia (dependiendo de cuánta agua absorba la harina)
1 cucharada de mantequilla derretida
Sal al gusto

Para acompañar:
1 cebolla picada
Crema agria

  1. Cocer las papas en agua con sal hasta que estén suaves.
  2. Mientras, en un sartén calentar el aceite para freír la cebolla hasta que se dore.
  3. Machacar las papas muy bien, cuidando de que no queden grumos.
  4. Agregar el queso y mezclar. Posteriormente, agregar la cebolla y las especias, y mezclar todo muy bien.
  5. Hacer un volcán de harina sobre una superficie limpia.
  6. En el pequeño agujero del centro, agregar la sal, la leche y la mantequilla.
  7. Agregar un poco de agua e ir mezclando los ingredientes. Agregar más agua si sentimos que la masa está seca y amasar de 10 a 15 minutos.
  8. Una vez que la masa esté lista, cubrirla y dejarla reposar 30 minutos.
  9. Con ayuda de un rodillo, extender la masa. Debe quedar muy delgada, como si fuera para hacer pasta. Cortar círculos de la masa con un cortador de galletas o con una copa de vino.
  10. Colocar una cucharada del relleno en el centro de cada círculo de masa.
  11. Mojar con los dedos la mitad de la orilla del círculo de masa, para ir sellando cada pierogi. Repetir el proceso para cerrar cada uno.
  12. Hervir agua con sal. En este momento también se pone aceite en un sartén para freír la cebolla hasta que se dore.
  13. Cocinar en el agua hirviendo los pierogi de ocho en ocho. Una vez que floten en la superficie, dejarlos cocinar aproximadamente un minuto más y sacarlos del agua con una cuchara.
  14. Se pueden comer sólo hervidos, pero otra opción es dorarlos en mantequilla después de sacarlos del agua (mi recomendación personal).
  15. Acompañar con la cebolla que preparamos y crema agria.

Receta tomada de Innocent Delight: innocentdelight.com/authentic-polish-pierogi-potatoes-cheese/

 

Creo que hoy sí me emocioné escribiendo, y eso que alguien no me dejó escribir todo lo que tenía planeado en un principio. Espero no los haya aburrido y que les guste la receta. Y ya saben, si pueden, vayan a Polonia y ¡coman muchos pierogi! ¡Gracias por leerme y hasta pronto!

*Mi amistad con Edgar comenzó desde que éramos vecinos y compañeros de escuela en México. Él es el amigo del que les hablé en el post sobre mi viaje a Singapur. También ha vivido en Austria y Polonia y actualmente, como yo, vive en Alemania. Él comenta que otro aspecto a resaltar de Polonia es que ahí tuvo la mejor clase de zumba impartida por una persona no latina (ya saben cómo somos los latinos con eso del baile).

 

4 comentarios en “Polonia: Pierogi de Queso y Papa”

  1. AY ESE VIAJE FUE DE LOS MEJORES DE MI VIDA¡¡¡¡ YO TAMBIEN AMÉ LOS PIEROGIS ERA MARAVILLOSO COMERLOS¡¡¡ GRACIAS MI NIÑA POR HACERME RECORDAR ESOS LINDOS MOMENTOS.

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